Friday, August 2, 2013

Yo también fui una cuponera


Sentada en la oficina de los cupones, lista para dar el siguiente paso, darme de baja de esta cómoda ayuda gubernamental porque por fin tengo un empleo, uno que ante los ojos de muchos es peligroso, arriesgado y difícil. Pero que a la vez me gusta y que la adrenalina es tanta que me hace sudar mis problemas y olvidarme de ellos. Así que aquí estoy hoy, sentadita portándome bien y esperando mi turno. ¿Cómo comencé a ser parte de esto? púes, cuando me quedé sin empleo y nos las vimos “negritas” tomé la decisión de venir a ver si tenía suerte y la tuve. Es de conocimiento público que para que recibas ayudas del gobierno tienes que literalmente estar muriéndote de hambre. Mi caso no era ese, tan al extremo no, pero el dinero en mi casa no daba y sí lo necesitábamos. Con el tiempo cada vez que pensaba y quería buscar trabajo sumaba y restaba y un “part time” no era la mejor opción porque era lo mismo, todo estaría en un cuido para mi niño pequeño. Así que mejor me quedaba en mi casa disfrutando de mis hijos por primera vez en mi vida y era madre a tiempo completo.
Un día hablando con mi hijo mayor me doy cuenta que la solución era continuar mis estudios, que no quería vivir así y que quería levantarme todas las mañanas llena de energía y sueños al hacer lo que me gusta. Quiero ser una gran comunicadora y de excelencia. Así que, a pesar de algunos contratiempos, comencé a estudiar de nuevo y por mis “cojones”. En ese momento pensé que era lo mejor para mi familia y para mí. Lo cual no resultó una gran idea del todo buena, porque entonces el ser madre y estudiante universitaria, con horarios puñeteros me confligía con los empleos que podía tener. Ya mis “cojones” no servían, solo me quedaba las ganas, la fuerza y la salud para poder lograr mi meta. Y seré una gran profesional, trabajaré en lo que me apasiona y me gusta. Todo esto tiene un gran propósito…llegaré más lejos de lo que jamás pude pensar. Seré ejemplo a mis hijos y a otros y dejaré siempre una huella positiva en la vida de todos lo que me conozcan.
Hoy me encuentro aquí, en medio de todos ellos y de la clase social “baja”. Hombres y mujeres que pueden ser útiles a la sociedad. Más de la mitad de éstos cabrones no llegan ni a los 40 años, no dudo que hayan personas con grandes necesidades económicas como yo las tuve, pero cuando miro a mi alrededor siento una gran decepción por la humanidad.
Veo lo más avanzado en tecnología, iPhone, Galaxy, DS y hasta una “tablet” marca Sony bien cabrona donde pueden ver películas. Hay unas mujeres vestidas con mahones marca Infinito que cada vez que suena su celular lo sacan del medio de sus tetas y dicen: “Hello, pues ná, aquí en los cupones” y gritan tanto que le causan una migraña severa a cualquiera. Otras cogen cupones pero son lo contrario. Ellas llegan con maquillaje, blowazo, tacos, uñas y con un guille hijo de puta, pero con la “retragila” de muchachos detrás de ellas. Son como una raza diferente a las otras. Y es que…”las más finas son las más putas”.
Se escucha a lo lejos, en la ventanilla principal un: “Número 84, ¿quién tiene el número 84?” Y gritan de atrás: “Todavía, mira nenaaa que yo soy diabética y me baja el azúcar” ehhh pero, ¿De cuándo acá a los diabéticos le baja el azúcar? bueno, a lo mejor tiene una condición especial…a lo mejor le sube y le baja, yo de medicina no se mucho, me inspiro más por lo natural, yo soy hipoglucémica y ando con mis merienditas para arriba y para abajo en mi cartera, hasta para “janguear”. Los “técnicos” de la ventanilla como se les llama a estos empleados están protegidos con un cristal que luce bastante fuerte, me pregunto si es a prueba de balas, cosa que no dudo porque hace par de meses mataron a alguien en una oficina del gobierno.
Aquí no solo abundan los vagos, también abundan los trabajadores ineptos, puñeta se tardan más de una hora en llamar a alguien y poco a poco hasta yo, que creo en la paz y todo eso, siento como la ira comienza a correr dentro de mí. De repente, no puede faltar el becerro que se hace llamar así mismo “padre” que le grita al hijo, que lo “jamaquea” y que al cogerlo se da en la cabecita con el mismo coche. Se encuentra sentado al lado de su mujer becerra que también le grita al nene, que apoya a su marido, que insulta al nene porque quería seguir viendo “el sapo” en su grandioso equipo electrónico. Aquí es común que las parejas tengan más de tres hijos, no tienen trabajo, no estudian, no hacen nada por sus cabronas vidas pero paren como dirían en el campo, paren como “güimas” las hijas de puta. Pero que carajo, si el gobierno los mantiene.
Ahhhh tengo un puto dolor de cabeza brutal, me quiere explotar en cuatro cantos y es que el ruido está insoportable. Se escucha el ruido del micrófono cuando llaman los que están citados, la de atrás gritando números, el guardia palito gritando de la otra esquina y como si fuése poco, sale cantando algarete un peculiar hombre mayor de las oficinas con un ramillete de guineos en mano. Hasta guineos regalan aquí, alguien le dice: “Dame guineo para mi arroz con bacalao” Jajaja es que esto es para morir, pero de la risa, es eso o parecer fuera de “corillo” y correr el riesgo de ser mutilado por alguien que ande “empepao” hasta la “sereta”.
Aquí palabras como: “Buenos días”, “Gracias” y “Disculpa” están en peligro de extinción, cuando yo las digo me miran como si fuese de otro planeta. Finalmente se escucha mi numero gritar: “Numero 104″ salgo casi corriendo, si se te pasa el turno te jodes. La “técnica” me pregunta: “¿Para qué vino?” yo le respondo: “Buenas tardes, yo vengo a notificar que he comenzado a trabajar. En ese momento, sentí un gran alivio, que estaba dando un gran paso y que salía de un estancamiento económico. Me dan una cita, la cual es para el mes que viene. El problema aquí no es recibir las ayudas, las cosas para la gran mayoría de los puertorriqueños esta color de “hormiga brava”, el problema consiste en quedarse en el mismo lugar y vivir toda la vida de esto. Estas ayudas económicas deben ser modificadas, darlas solo por un tiempo limitado y que solo tengan derecho a vivir de ellas las personas enfermas con alguna condición que les impida trabajar, a los ancianos y personas discapacitadas. Nooooo a este chorro de cabrones que se ve que pueden coger y limpiar patios, lavar carros, pintar casas o hacer alguna otra cosa que no sea echarse aire en sus partes privadas.
Se ven personas fuertes, saludables y que pueden trabajar pero mientras el gobierno siga pasando la mano para que voten por ellos en las próximas elecciones no saldremos del hoyo social. No todos los puertorriqueños son así, hay muchos más que trabajan y luchan día a día por sacar sus familias hacia adelante. Que no importa cuán difícil sea la situación o el problema continúan luchando. Por que nada ni nadie puede reemplazar el tesoro más valioso que tenemos, la FAMILIA. Hay muchos puertorriqueños que tienen hasta dos y tres trabajos, que son “clavados” constantemente por los impuestos del gobierno y que a pesar de lo fácil que sería vivir de las ayudas, quieren ser útiles y aportar socialmente.
Vivimos en un hermoso país tropical que podemos cultivar grandes frutos en nuestras tierras, el café se pierde por falta de manos trabajadoras, pero no permitiremos que generalicen, que digan que el puertorriqueño es un mantenido, porque no es así. Somos más los que queremos seguir haciendo un cambio, con ejemplo y dedicación. Cada vez el mismo gobierno nos lo pone más difícil, la realidad es que no importa el color del partido, nos violan con más cargos, nos laceran, nos apuñalan con cada factura de luz y de agua, cada vez es más y más difícil salir a flote…pero no nos daremos por vencidos, NOOOO, no les vamos a dar el gusto de que nos sigan pisoteando.
YO fuí cuponera porque tuve mis situaciones, soy una cuponera rehabilitada, el gobierno enseña a depender de ellos, no a trabajar, pero NO más, no seguiré buscando excusas ni razones para seguir cómoda. No lo hagas tú tampoco, sal a la calle, busca trabajo, sé útil, sé ejemplo y demuestra que puedes lograrlo. La satisfacción es enorme. Lo podemos ver quizás como poco, quizás como algo pequeño pero la realidad es que es el comienzo de algo grande. Nuestras acciones y actitudes determinan nuestro futuro…y la vida es una, hay que ser de los que luchan, no de los que se sientan a ver que pasa…

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