Transplante de órganos, niños con estrés severo, abuso de menores, cargos falsos, familias separadas, venganzas. Estos son algunos de los temas que se tocaron en el primer capítulo de la nueva novela de Telemundo, la muy ambiciosa Santa Diabla, protagonizada por Gaby Espino, Carlos Ponce y Aaron Díaz. La historia transcurre en el pueblo ficticio de Marrero y la verdad que los productores tiraron la casa por la ventana. Si de la pluma del chileno José Ignacio El Chascas Valenzuela siguen saliendo escenas como las del primer capítulo estoy segura de que va a ser un gran éxito. No sé si se nota, pero me encantó y te voy a decir porque.
La novela comienza con una Gaby Espino, Santa Martínez, sin maquillaje llorando desesperada grabando un video. En él va describiendo uno a uno a los miembros de la familia Cano, a la que jura venganza por la muerte de su marido Willy Delgado, un músico y compositor.
Paralelamente, vemos la suntuosa mansión de los Cano toda arreglada para una fiesta en un jardín esplendoroso. Se trataba del compromiso del hijo mayor Humberto, interpretado por Carlos Ponce. En el video Santa lo describe como un abogado en el bufete de su padre,  "prepotente insoportable y muy peligroso. Es peor que el demonio". Su apodo en los tribunales es "El tiburón blanco". Nunca había visto al actor boricua haciendo de un tipo frío e inescrupuloso. La verdad es que le sale muy bien. De toda la familia el único que se salva de ser pintado de un verdadero demonio es el hijo menor Santiago, del que Santa no conoce su existencia.
Como ya me imaginaba, la novia de Humberto era nada más y nada menos que la propia Santa, que se ha hecho pasar por una millonaria Amanda Brown, con la ayuda de la hermana de su marido, quien murió en prisión, tras ser condenado por abuso sexual de menores. La historia de los cargos falsos, presentados por los Cano, fueron presentados en un flashback de dos años. La historia le hiela la sangre a cualquiera.
En medio de todo este enredo aparece Aaron, como el seductor y bohemio Santiago Cano, quien conoce a Santa por casualidad y luego se la topa inesperadamente en la mansión de los Cano. La química entre ambos se siente a través de la pantalla. Casi que me incendian el televisor. Estoy segura que todas las fans que tanto protestaron en las redes sociales de que Telemundo no hubiese puesto a Gaby en una novela con su marido Jencarlos Canela no van a tener nada de que quejarse.
Así terminó el capítulo, con Santa aterrada de que Santiago descubra su secreto, que ya sabemos que no va a pasar porque si no, no habría novela.Pero con eso no quiero decir que la novela no sea creíble. Es, de hecho, una de las novelas más reales que he visto en la televisión hispana. No sólo la producción es impecable. Las actuaciones son excelentes y eso que sólo fueron las primeras escenas. 
Pero lo que más me gusta de la novela es que es creíble y tiene un aire a esas maravillosas producciones brasileñas de la TVGlobo. Todo fluyó, desde los acentos de los protagonistas, nada de esos mexicanos forzados en los que intentan convertir a todos los actores en otras producciones, hasta las escenografías. Está hecha en tecnología de alta definición, con profesionales que saben cómo hacer que todo luzca excelente para ese tipo de cámaras. Se cuidaron tanto los detalles, que el edificio donde está el bufete de los Cano tiene el logotipo de la empresa afuera. ¡Es televisión de primer mundo! Te la recomiendo y hasta la podemos comentar por Twitter.
Imagen vía Telemundo

By Alicia Civita
Fuentes: Mamas Latina
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